jueves, 3 de julio de 2014

00:04

Cuando el reloj no marca las 00:00 y la vida te pesa.

Cuando parece que respirar te clava cristales en los pulmones, cuando la mierda te llega al cuello y aún así te sientes vacío, entonces es cuando tocas el hueco de la cama.
Te pones a buscar unos ojos que quizás no has visto nunca entre la oscuridad de cuatro paredes, solo para que te miren, ni siquiera esperando comprensión, solo compartir ese aire infectado de desgana que te rodea.

Otra cruz, otro día. Un día menos.
Que respirar no es estar vivo, a veces se vive más cuando te falta el aire.
Me queman los dedos cuando no la toco.
Me dijo adiós y me dejó su olor de recuerdo.
Ahora asocio su olor a estar solo, a mis pocas ganas de seguir vivo.

Cuatro paredes, a eso se reducía mi mundo, cuatro paredes que se convirtieron en el mismo infierno sin su calor.

Está oscuro, 00:04, la sigo buscando, sigo sin encontrarme.

sábado, 15 de marzo de 2014

Eres fiel o por lo menos deberías.

Como bien dice Sabina en una de sus canciones:

"De sobra sabes que eres la primera, 
Que no miento si juro que daría por ti la vida entera, 
Y sin embargo un rato cada día te engañaría con cualquiera"

A mí me ocurre igual que al maestro, la herida lleva abierta durante mucho tiempo, pero no dudaría ni un segundo en irme con otra si se me diera la oportunidad, esto es así, todo hombre que se aprecie tiene que pensar lo mismo.
No quiere decir que cuando me encuentre en medio de una relación la vaya a romper por un mero divertimento, eso sí que no, en ese momento, en esa relación, entonces es cuando se tiene que ser fiel.

En la época en la que vivimos lo de ser fiel al parecer está mal visto, sales con tus amigos de fiesta y si una chica se te insinúa tu obligación, como macho alfa que eres, es la de 'atacar', dejarte entrar, lanzarte, estés o no estés en una relación.
No estando en una relación, a pesar de que estés muy enamorado, deberías (o por lo menos yo actuaría así) dejarte entrar por la chica, nunca sabes si puede ser ella tu verdadero amor y no la pija de la que estás enamorado que ni siquiera te hace caso.
Pero en cambio, si estás en medio de una relación, lleves el tiempo que lleves, TÚ has aceptado estar en esa relación por tanto tu deber, quieras o no quieras verdaderamente a tu pareja, es la de ser fiel.

En resumidas cuentas, yo estoy enamorado, llevo bastante tiempo así, pero no dudaría ni un segundo en insinuarme a una chica si esta me atrae ya que yo no me encuentro en una relación.

domingo, 19 de enero de 2014

El día que me olvides habré muerto.

Y nunca nos llegamos a despedir realmente.
Supongo que en el fondo sabíamos que estábamos condenados a buscarnos siempre, a doblar las esquinas con miedo, a mirar el teléfono sin que sonara, a tocar el lado frío de la cama.

Con tacones en mi cabeza eh, que costumbre tan fea la tuya.
Yo entrando sin llamar en tus sueños, hay que joderse.
Nosotros, que queríamos una vida, unos planes. Antes de morir digo.

Que ahora paso frío y nadie me mira.
Tú no ves y nadie te abraza.
Temblamos por separado con los ojos rojos.

Temblamos por motivos diferentes a estas alturas.
¿Y tú por qué no llamas?
Yo espero a estar lo bastante borracho como para recordar tu número y que no duela.


¿Cuando ya no esté vendrás a verme?
¿Volverás a dejar caer lágrimas por mi?
¿Me dirás adiós entonces? Dime.

domingo, 12 de enero de 2014

Ten cuidado.

Quisiera poder escribir todo lo que siento, todo lo que se me pasa por la puta cabeza pero es tan difícil. ¿Cómo explico mis sentimientos si solo yo los conozco? Nadie más puede entenderme, pero intentaré hacer que me entiendan.

Llevo mucho tiempo pensando en mi vida, y la verdad, no tengo nada claro, me siento vacío, noto que me falta algo, algo importante, ¿el amor de una mujer quizás?.
La soledad me machaca por dentro como si de una apisonadora se tratase, rodeado de gente, pero en mi interior me siento completamente solo, me falta esa persona especial que vuelva a encender la llama de mi interior, esa persona que me de vida, porque esto que estoy viviendo no es una vida.

Desde que esa persona se fue me he quedado completamente roto así que si te dejo entrar, por favor, no me rompas más.


sábado, 28 de diciembre de 2013

Una simple mirada.

Tú no sabes lo que es, no conoces esa puta sensación, ni yo, que la he sentido en mis propias carnes te la alcanzo a explicar, no hay palabras inventadas todavía para definir eso.

Cuando unos ojos como esos se te clavan, te traspasan, te desnudan el alma cual puta de esquina cualquiera, sin que te puedas defender si quiera, te sacan lo más profundo, te calan como el más frío de los inviernos de Diciembre.

Ven tus errores, tus intentos que quedaron en el camino, tus triunfos y cada una de tus sonrisas.
Ven tus momentos a solas, acompañado, llorando y de risas.

Te ven entrando a tientas en casa tras una de tus noches de reproche, te ven rompiendo ese espejo en el que no te quieres reflejar, ven tus manos buscando el cuaderno para escupir tu odio, ven esa rabia acumulada llenando el blanco de tus ojos.

Y cuando crees estar a solas sin nadie más...
Ella te mira.

Echándonos de menos.

Y en mitad de la noche se me abrieron los ojos, como platos, inyectados, sudores fríos recorrieron mi sien.
Entonces llegó a mi nariz ese olor, peor que cualquier perfume, volvería loco al más cuerdo, lo puedo jurar. Era ese olor, era su olor.

Miles de fantasmas aparecieron en ese momento, miles de recuerdos inundaron mi cuarto en ese instante.
De los primeros a los últimos.

Desde el baile de sus caderas por la habitación a su forma particular de mirarme apoyada en la cama pasando por las estrellas que contamos juntos en aquel techo.
Al rato llegaron otros con un sabor más amargo, empezaron las promesas que cayeron al suelo por su propio peso, las hojas llenas de cosas que nunca dije, la papelera llena de folios con su nombre.

Mi cabeza también trajo el ruido de mi frente golpeando contra aquellas paredes, como quien choca con la realidad, maldiciéndome una y otra vez por dejar que se fuera, por no hacerla feliz.
Creo que mi subconsciente me quería castigar una vez más, recordarme que su sonrisa jamás volvería a esa habitación fría, extraña y oscura en la que se convirtió desde que ella giró el pomo de esa puerta.
Como echo de menos sus andares, su forma de moverse y la forma en la que hacía bailar a mis ojos tristes.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Heridas que no sanan.

En un invierno de 365 días y uno más cada cuatro años. Así voy, sabiendo lo que soy y buscando quién quiero ser. Aunque a este paso cualquiera lo sabe.

Mi madre me mira como quien mira a un desconocido, ese no soy yo, no soy yo ni de lejos.
Antes sonreía puedo jurarlo, antes era normal y no llevaba estos ojos, las vecinas decían "hola" y no miraban con resignación, preguntando a mi madre si ese que da tumbos es su hijo.

Si, ese soy yo, en en eso me he convertido.

Sé en que día vivo porque cuento amaneceres, nunca he tachado el "ser feliz" en mi lista de cosas por hacer y ahí seguirá hasta el día que me vaya.
Intenté ser normal pero nunca supe, este mundo se queda pequeño para mentes como la mía.
Hazme un favor, no intentes arreglar mi vida, llevo dieciocho años intentándolo y aquí sigue, en ruinas.
Recuerdos en mi conciencia que me pesan como losas, cicatrices que no cierran y recuerdos que no se borran.

Doblando esquinas cabizbajo esperando encontrar a la suerte en alguna, noches comiendo techo, las prefería en ayunas o mejor entre sus piernas.
Noches de sangrar tinta, noches en vela.
Noches sin mi, noches por ella.