martes, 24 de diciembre de 2013

Lo que nos separa.

Digamos que, el punto exacto entre tus ojos y mi voz, es un reloj.
Puestos a decir, imaginemos que no haga falta tocarnos para sentirnos y, que el tacto de tu piel estuviese atrapado en mi mirada, como si supiese que decir a través de mí.
Cómo si hablases desde mi, por y para alguna luna muda conquistada por Dios sabe quién.

¿Un reloj entre los dos?, qué cosa tan tonta.. ¿verdad?
A lo mejor es eso, exactamente, lo que nos une y separa; Tiempo. ¿Por qué no? Cada segundo es un aliado más, o uno menos.
A lo mejor somos nosotros, que no tenemos ni puta idea de qué decirnos, o de como actuar dentro del reloj.
A lo mejor tú marcas las 12 y yo las 6.
A lo mejor nos llevamos seis horas de desventaja, a lo mejor es eso por lo que no nos encontramos.
Joder, podría ser, ¿no?.. es una explicación válida dentro de tanta inquietud albergada.

¿Y por qué no encontrarnos, accidentalmente, en una cuidad remota, siendo sin ser nosotros; sino otros?.
A lo mejor nuestra oportunidad está en otro cielo, y siendo algo que no somos esta vez.

Podríamos sentarnos a tomar café en cualquier bar y, acto seguido, hablar de la felicidad que estamos construyendo por separado.
Pero, supongo que idealizo demasiado.. Mucha imposibilidad en mis palabras, y aún más en que, ese acto momentáneo, se produzca entre aquellos que se quisieron más de cien lunas rotas seguidas.
Sería tan estúpido como intentar robar el mar azul para no olvidar nunca tu mirada.. porque por alguna extraña razón, tendría que ser azul.. sino no serías tú. ¿Comprendes?

No hay comentarios:

Publicar un comentario