jueves, 3 de julio de 2014

00:04

Cuando el reloj no marca las 00:00 y la vida te pesa.

Cuando parece que respirar te clava cristales en los pulmones, cuando la mierda te llega al cuello y aún así te sientes vacío, entonces es cuando tocas el hueco de la cama.
Te pones a buscar unos ojos que quizás no has visto nunca entre la oscuridad de cuatro paredes, solo para que te miren, ni siquiera esperando comprensión, solo compartir ese aire infectado de desgana que te rodea.

Otra cruz, otro día. Un día menos.
Que respirar no es estar vivo, a veces se vive más cuando te falta el aire.
Me queman los dedos cuando no la toco.
Me dijo adiós y me dejó su olor de recuerdo.
Ahora asocio su olor a estar solo, a mis pocas ganas de seguir vivo.

Cuatro paredes, a eso se reducía mi mundo, cuatro paredes que se convirtieron en el mismo infierno sin su calor.

Está oscuro, 00:04, la sigo buscando, sigo sin encontrarme.

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